El efecto canapé
Mi trabajo, como todos, tiene ventajas e inconvenientes. Y, además, según el observador, lo que para mi es una ventaja para otros podría resultar inadecuado, y viceversa.
Uno de los efectos colaterales de mi profesión es el efecto canapé. Se produce siempre como consecuencia de la obligada asistencia a determinados eventos en los que, con más frecuencia de la que a mi me gustaría, el punto final lo pone siempre un cóctel o aperitivo. Eso, que a primera vista podría considerarse un atractivo añadido, para mí supone un problema. Pequeño, porque no deja de ser una cuestión baladí, pero inconveniente en definitiva.
Un de mis ocupaciones/preocupaciones para este otoño, además de terminar de arrojar por la borda todo el lastre con el que he viajado en los últimos años, pasa por eliminar algunas curvas de más que rodean mi ya de por si oronda figura. He de confesar que del objetivo planteado hace ya más de un año, he alcanzado el 70%. Sin embargo, me queda un porcentaje que no por mínimo es menos difícil. Y ahí es donde entra ese aspecto colateral al que antes me refería: el efecto canapé.
¿Cómo puede una aguantar el tipo a las dos de la tarde, cuando lo único que llevas en tu estómago es un café desde la once de la mañana y ves pasar delante de ti, una detrás de otra, delicias culinarias propias del mejor paraíso gastronómico? ¿Cómo decir no gracias a un breve canapé de salmón (¡Mataría por el salmón ahumado!) sobre una tosta de mantequilla, o a un langostino adornado con una breve salsa cóctel, o a una delicia de escalibada, o....? Podría seguir hasta el infinito.
Eso por no hablar de cómo te resistes a la tentación de tomar una copa de cerveza bien fresquita o un buen vaso de vino blanco (¡Moriría por un Gewustraminer!).
Y todo esto, claro, diciendo no con una sonrisa en los labios asegurando amablemente: no, gracias, no me apetece. No, gracias, acabo de tomarme un café. No, gracias, un poco más tarde.
MENTIRA. MENTIRA. MENTIRA. Me tiraría directamente sobre cada una de las bandejas que pasan por delante sin pararme a pensar en las consecuencias.
Sin embargo, un resquicio de clarividencia mantiene mis manos alejadas de los canapés mientras sigo sonriendo y esperando a que un camarero que no comprende cómo no me dedico al vino o la cerveza, como hace el resto del mundo por otra parte, y que sigue sin traerme esa agüita que, por favor, me he empeñado en pedirle una y otra vez, evidentemente sin resultado, porque tengo que conducir (cuando mi coche está a manzanas de distancia y tendré que marcharme a casa en un taxi o dando un paseíto a las tantas del mediodía o de la noche).
En fin... dicho todo eso, me siento orgullosa de mi misma porque hoy, una vez más, he sido capaz de vencer la tentación y continuar dentro del "camino verdadero". Todo para encontrarme después a un g.... que me dice lo guapa que estoy y que seguro que me he enamorado.
¿Por qué los hombres cuándo ven que tu vida cambia y te sientes mejor sólo piensan que se lo debemos a otro de sus congéneres?
Sobre esto, si os parece, hablaremos otro día.
23 comentarios
Lamia -
Y no me ha parecido cursi. Al contrario. Lo escribes muy bien.
amam -
Lamia -
Besos.
Abedugu -
Muy simpática tu forma de contarlo.
Un abrazo
Lamia -
amigoplantas -
Por razones operativas, se ha cambiado la dirección electrónica de dos blogs, aunque ambos siguen enlazados a través de blogs intermedios, su nueva dirección directa es:
Reyno de Hayas http://cristalizaciones.blogspot.com/
Currando por la Paz http://migranhobby.blogspot.com/
Lamia -
Sofi, que suerte. Aprovéchalo. Besos.
sofi -
carlos -
carlos -
Lamia -
unjubilado -
Canapés de salmón ahumado, langostinos, embutido ibérico de guijuelo, foie higado de pato extra, todo ello delicatessen, que no sabía que existían.
Pobre jubilado que con unas lentejas o garbanzos ya tiene suficiente.
Un abrazo
Lamia -
¡Supermamá! Qué bien que has vuelto. En cuanto pueda voy a verte
Supermamá -
un fuerte abrazo
laMima -
En cuanto a lo de los g... la cosa tiene miga, si, pero me temo que es inevitable. Es un clásico, como esa manía que tienen los "machotes" de evadir el roce físico con quien saben es homosexual "por si acaso".
Como dicen por aquí ¡siempre pensando en lo único!.
Besos mil.
Lamia -
XC, en eso estamos...
XC -
Luisa -
De todas maneras, yo creo que algún salmoncillo puedes permitirte (y se pilla por donde cada uno quiera, je ,je...)
Besotes, guapisssma
Lamia -
amigoplantas -
¿Enamorados de qué?, a, eso es otra cosa...
Enamorados de la vida, lo que no implica que no se pueda estar enamorado, a la vez, de algún quien en concreto. En realidad, hasta lo facilita.
Lamia -
Carlos y Fernando, bromas a parte, no creo que seais así de simples pero si pienso que hay algunos g... que lo son.
carlos -
Fernando -