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lamia

Y no sabe nada...

Vive bajo mi almohada. Suave, es la respuesta esperada. No sé cuándo viene ni hacia dónde va. No sé si duerme y espío su ausencia. Indago su origen.

 

No sé. Ya está en mi alma.

 

Duerme bajo mi alcoba. Lo intuyo y no sé quién es. Su música alcanza mi suelo y se derrama con una cadencia exacta. Do, Re, Mi, Fa, Sol, La... Por la mañana.

 

Él vive desnudo. Y no sabe nada.

 

Si cierro los ojos, desciende la noche sobre mi almohada y mis labios se enganchan en muda plegaria. Añoro sus besos, anhelo su cara.

 

Pero él... Él no sabe nada.

 

Cada madrugada, la niebla aparece y me alcanza. Me viste, me envuelve y me llena de savia, corriente de vida que ensancha mi alma.

 

Él vive desnudo y.... no sabe nada.

 

El alba ha llegado y despierto en la playa. Sus ojos me miran, acarician mi cara. Detengo un suspiro, que roban las olas.

 

Pero él... Él no sabe nada.

 

Cada madrugada, cuando la noche se extiende velada, imagino sus manos acariciando la playa. Deseo sus besos, siento su llamada.

 

Él vive desnudo...y no sabe nada.

 

Cuando la noche entregada, cubre con su manto de estrellas mi casa encantada, él puebla mis sueños, llenando mi alma. Una vez y otra, recorre mi cuerpo, camino del alba.

 

Y cuando me entrego al amor, valiente y de cara, me encuentro vacía.

 

Porque él... vive desnudo. Y no sabe nada.

 

 

4 comentarios

Lamia -

Debe ser que toca... Ya sabes que hay temporadas en que uno se pone así, más tontorrón.
Un besito

Luisa -

Qué hermoso. Melancólico, sí. Como la vida misma.

Un beso.

Lamia -

Me alegra que te guste. Y cuando alguien es capaz de decir que no sabe nada es porque lleva mucho camino recorrido y mucha sabiduría acumulada. Un saludo.

unjubilado -

Precioso relato.
Yo querría ser capaz de escribir algo así, pero me tengo que limitar a copiar imágenes que otros han creado.
Y no sé nada.
Saludos