Belinda
Con esta flor que me ha regalado Malatorre a mi vuelta de Pamplona, he divagado este poco....
Belinda es como ese pequeño ramillete de flores amarillas, llenas de pequeñas hojas que protegen un corazón rotundo y fuerte. Un impulso que late constante pero discreto.
Belinda se apoya en la pared y, protegida por los muros, observa mientras la música se desgrana por la sala. Como las olas que baten la orilla impulsadas por una fuerza suprema, su cuerpo se balancea: suavemente al principio, casi tímida.
Hoy ha venido Gustavo. Bailan juntos. Y a medida que sus cuerpos se rozan y balancean, Belinda se muestra. Una flor que despliega sus pétalos tratando de conquistar al sol. Porque el astro, con sus rayos, le otorga vida y renueva su cuerpo. Así, mientras gira, descubre la perfección de sus cuerpos acoplándose, deslizándose en una misma dirección. Mientras bailan, Belinda sueña despierta. Después, se convierte de nuevo en esa pequeña flor. Pétalos que a duras penas esconden el brote exuberante que por un breve instante ha soñado ser.
8 comentarios
Lamia -
Lamia -
Carlos, a veces hay flores del parterre que tratan de vivir a costa de otras flores y es preciso un jardinero experto para desbrozar y quitar las malas hierbas.
Ahí, ahí, Amam. Nunca hay que dejar de soñar...
amam -
Besos
carlos -
Fernando -
LuisGui -
Espero que el aroma de Belinda sea igual de embriagador.
Lamia -
Mamen -
¡Qué lío me hago siempre con el ser y no ser, con el soñar y estar despierta, con el desear y ser realista!.
Al final, recurro al "sé fiel a ti misma y quiérete un poquito más", pase quien pase, se quede quien se quede, se vaya quien se vaya.
Bueno, que ya veo que si sigo, no acabo de escribir.
Un abrazo.