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lamia

Banda Sonora

 

Uno encuentra fuerzas para seguir adelante donde menos lo espera. No obstante, está fuera de toda duda que la energía parte siempre de nosotros mismos aunque, a veces, necesitamos una pequeña mecha que la prenda y otorgue el impulso inicial que cualquier motor necesita para funcionar.

 

Las palabras que el hombre de las amplias alas vertía el otro día en la roca junto a mi arroyo hicieron que recapacitara lo suficiente como para darme cuenta de que la vida, mi vida, está llena de música. Hay una banda sonora que acompaña mi existencia. Ese escenario musical, que pone sonido a mis días, como cualquier composición, está formado por decenas de notas que ofrecen distintos aspectos: grave, agudo, forte, piano, allegro, allegro ma non tropo, vivace... Y las hay de muchos timbres, colores y tesituras.

 

Como en toda buena película, que tiene momentos de transición, puntos de inflexión y desenlace, la música es una constante. A veces, en función del desarrollo o importancia de cada escena, cobra protagonismo, pasa a primer plano o permanece sólo como un fondo de acompañamiento, casi inapreciable, dando, sin embargo, sentido a todo lo que ocurre.

 

Así, mi banda sonora está compuesta por cientos de composiciones en las que hay algunos protagonistas indiscutibles: Chopin, La Oreja de Van Gogh, Los Panchos, Madame Butterfly, y, por supuesto la salsa. He de añadir también una reciente adquisición, El Cando del Loco, en cuya incorporación a mi discografía ha tenido mucho que ver mi hijo.

 

Cada uno de ellos tiene para mí un momento diferente. Chopin me ayuda a escribir. Siempre. La ópera es para los grandes momentos de paz y reflexión. La Oreja de Van Gogh es un continuo: cuando estoy alegre pero también cuando me siento triste, y eso que tenido que hacer un esfuerzo para aceptar a Leire en lugar de Amaia. En algunos momentos me gusta acompañarme también por Rosana o Alex Ubago. Los Panchos son amigos inseparables de viaje. Me encanta el sonido de sus guitarras y voces llenando el habitáculo del coche.

 

Y la salsa, que es la última que ha llegado a mi vida, es en estos momentos el tema principal. Porque me ayuda a poner música a todo lo que ocurre. Y siempre, siempre, siempre, me pone alegre. Hace que mis pies se muevan con voluntad propia. Es una corriente que empieza en la puntita de los dedos y trepa por los tobillos sujetándose en los gemelos hasta alcanzar las rodillas. De ahí a las caderas la senda es siempre curva, redonda y sensual. El resto del cuerpo sólo sigue el ritmo que le marcan y se adapta al contoneo de la pelvis. Eso si, los hombros van a su aire conduciendo a las manos, que vuelan y dibujan trayectos imposibles al compás de la conga.

 

Seguramente porque los últimos serán los primeros, nombres como Gilberto Santa Rosa, Frankie Ruiz, Marc Anthony, Rey Ruiz, Ray Sepúlveda, Eddie Santiago o Tito Nieves ponen música a mi historia.

 

Aunque en este momento todo parece apuntar a que "la tarde terminó", me gustaría pensar que algún día, "me pintará un color para cada mañana y en alas de sus sueños conoceré el alba".

 

Y todo llegará mientras sigo caminando, erguida y mirando al frente. Sin retroceder. Porque, efectivamente, como dice el hombre que lleva el corazón en las alas: bailo salsa. No la yenka.

7 comentarios

Lamia -

Lo de dejarse llevar no es fácil, Sofi. Cuando estás acostumbrada a llevar las riendas siempre, es difícil dejarse conducir.

Yo bailo, Amam. Eso no quiere decir que lo haga bien. Pero lo intento porque me gusta mucho y me divierte.

Es cierto lo que dices Carlos. A mi, que me gusta la música casi tanto o más que leer, ambas aficiones me acompañan y llenan estos tiempos de soledad que dejan de serlo por arte y gracia de la palabra o los sonidos.

carlos -

Que bonitos sentimientos y cuanta complicidad...
Por mi parte, sería incapaz de escoger canciones que resuman mi experiencia vital... Al igual que tú, también he llegado a decir que hay canciones que escucho en determinados momnetos de mi vida que, me gusten o no, se conveirten automáticamente en parte fundamental de mi memoria sentimental vital y que más tarde al escucharlas, me recrean cada una de las escenas y experiencias vividas antes... Soy además, incapaz de desprenderme de todas esas canciones... Mi banda sentimental, mi banda sonora original sentimental o vita, no sería pues una canción, si a ello me pongo, sino sería una enorme recopilación interminable, afortunadamente... Ho hay nada como la música o la literatura, que tanto me hallan hecho disfrutar de la vida, dándome apoyos en los que fundamentar mi comportamiento y mi conocicmiento del mundo en general... Así se vive meor, acompaña y nunca hay soledad mientras haya una música o un libro entre las manos...
Besazos enormes, salseros!

amam -

Al leer lo qué escribes y cómo lo escribes, pienso tienes la energía y mecha suficiente para rato. Afortunada tú que lo haces tan bien.
Aunque he de reconocer, que la música es algo especial, a mí me transporta a un estado de lo más placentero y eso sólo ayéndola, si encima pudiera bailarla como tú. Besos

sofi -

El baile y la música siempre es una buena terapia para los malos momentos y un compañero inseparable de esos buenos y malos momentos. Disfruta de la salsa y déjate llevar. Un saludo

Lamia -

Gracias, Carlos. Por todo. Por estar ahí y por recordar lo bien que me sienta Abba.

carlitos -

A ver si así...
http://www.youtube.com/watch?v=L4440JvIN0k

carlitos -

Como veo que he dado en la "diana" y me alegro de que hayas tomado las riendas de tu felicidad la mejor forma que se me ocurre de expresarlo ya la inventaron otros por mí. ¡Felicidades!
http://video.google.es/videosearch?q=gracias+a+la+musica&ie=UTF-8&oe=utf-8&rls=org.mozilla:es-ES:official&client=firefox-a&um=1&sa=X&oi=video_result_group&resnum=4&ct=title#