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Carlos Pauner parte hacia el Manaslu

Carlos Pauner parte hacia el Manaslu

Hacia las cimas del mundo... Expedición 2009.

 

Así encabeza Carlos Pauner una cuidadísima invitación que la gente de Comunica-t le ha preparado para presentar su próximo reto, el que le llevará a hacer cima en su noveno "ochomil": el Manaslu (8.163 metros).

 

Mi querido Chema, con el que la vida me ha ido cruzando en distintas ocasiones proporcionándome siempre la oportunidad de ahondar en una relación que bien podría terminar siendo una sólida amistad, sabedor de la admiración que siento hacia Pauner, ha tenido el detalle de regalarme una de las invitaciones que han preparado para convocar a los medios de comunicación en lo que será la despedida del montañero antes de iniciar una nueva expedición. Una iniciativa que se enmarca en su proyecto de coronar los catorce "ochomiles" que existen en el mundo y que sólo medio centenar de personas cuentan en su haber.

 

No conozco a Pauner salvo por una ocasión en la pude asistir a la entrega de banderín que le hizo el Gobierno de Aragón, previa a su marcha hacia Nepal. Nunca he cruzado con él una sola palabra. No sé nada del montañero salvo lo que -dentro también de la discreción que le caracteriza- me cuenta Chema cuando su nombre o su proyecto irrumpen en nuestras conversaciones. Sin embargo, y tampoco sé explicar por qué, siento una tremenda admiración hacia el jacetano. Es, a mi juicio, una persona de gran carisma y fuerza interior porque sólo así, me temo, uno puede hablar de tu a tu con la montaña.

 

La invitación que ha diseñado Comunica-t contiene una convocatoria para los medios de comunicación, adornada por una foto de Pauner ascendiendo entre la nieve y la representación de una bandera tibetana; incluye también una bandera tibetana de color verde; y un papel vegetal en el que, junto al dibujo de un caballo, aparece el siguiente texto:

 

 

Las banderas tibetanas de oración son una síntesis de los elementos de la religión Bon y el Dharma del budismo indio.

El viento y el caballo son vehículos naturales de movimiento, el caballo transporta formas materiales y el viento formas etéreas.

Cuando el viento sopla, la sagrada bandera de oración se agita en la brisa y las oraciones contenidas en la bandera son transportadas a todos los seres como una bendición.

Las banderas de oración pueden ser puestas en el campo atándolas al borde de un tejado, entre postes, en los templos, entre árboles y otros lugares, dándole la oportunidad al viento de moverlas.

 

 

También a mí me gustaría grabar en una bandera palabras de aliento. Quisiera anclarla en mi tejado para que el viento, ese cierzo inmisericorde que me acompaña siempre, tuviera la oportunidad de moverla transportando mis deseos al Masnalu. Me gustaría saber que Carlos Pauner ha coronado ya su noveno "ochomil" y está de camino a casa.

 

(La foto es de M. Á. Latorre).

5 comentarios

Lamia -

Voy a intentarlo aunque no sé si podré verlo... Pero seguiré su página y veremos cómo consigue su objetivo. Besos,Chema, y feliz Semana Santa.

Chema -

Hola Lamia, ese "loco de las montañas", como le llamo cariñosamente, nos decía el otro día que está muy bien y con mucho ánimo. Me acabo de enterar que mañana martes día 7 de abril en Aragón Televisión a las 23 horas emiten Cara y Cruz en el Himalaya, que es la película que grabaron la primavera pasada. Tuve la oportunidad de ver la presentación y me gustó mucho. Si podeis no os la perdais, hay fragmentos muy humanos donde se les ve tal y como son. Saludos.

laMima -

Le deseo toda la suerte del mundo (comparto tu admiración por él..y por todos los montañeros en general, ya sabes).
A mi, como a Sofi, me fascina ese tipo de vida. Aunque parezca una locura.

carlitos -

Realmente es una persona a la que apetece conocer más a fondo. Yo tuve la suerte de coincidir con él. Esto escribí...http://alasdeplomo.com/2008/01/20/carlos-pauner/

Sofi -

Conocí a Carlos hace un par de años, y más gente de su expedición. Hace poco han estado por la taberna donde trabajo dos de ellos, una pareja que acaban de ser papás y ya están esperando el momento de poder subir a su peque a las cimas. Lo viven y lo llevan en la sangre. Me fascina este tipo de vida. Un saludo