La Carta
Se escucha el viento. Sopla moviendo las hojas de los árboles al tiempo que la pluma rasguea el papel en trazos dudosos. Las manchas de tinta sobre la hoja blanca son como borrones inciertos de nubes tempranas. Recta la espalda, el brazo doblado. La cabeza reposa a un lado tratando de encontrar el camino adecuado. Entre el corazón y la palabra. No obstante, la senda que une ambos mundos es ardua, no exenta de errores. Y en los márgenes acechan pensamientos traidores a la espera de un desliz. Un resbalón inesperado que permita a la palabra verbalizar ideas inconexas que prostituyen la realidad del corazón.
Mientras el viento agita el paisaje, el alma se debate por llegar a la palabra. Pero la hoja sigue blanca. La savia que fluye a través de la pluma no dota de vida a un papel que permanece exangüe y agotado. El corazón bombea: sentimientos, deseos, esperanzas, anhelos. La palabra atisba imágenes de todo ello más no contribuye a ponerles un nombre. Por eso, una carta sigue sin ser escrita.
Ella se sienta cada tarde. Contempla las flores del alfeizar mientras atisba el susurro que producen las hojas en una caricia leve, temerosa, de la que espera que aprendan el corazón y la palabra. Sin embargo, cuando cada tarde coge el papel y prepara la pluma, la senda que une ambos mundos se llena de obstáculos que impiden el paso de ideas y las llenan de broza y añaden cargas inútiles en un viaje demasiado largo y cuando al final un sentimiento llega al papel ha cambiado tanto que el corazón no lo reconoce. Sin embargo, la palabra lo hace suyo, lo asume y traslada.
Cuando la carta llega a su destinatario, las palabras han manipulado el corazón y todo se ha vuelto una gran mentira.
(Como sigo sin saber insertar la música en la página, los que queráis podéis pinchar en este enlace y escuchar lo que yo quiero transmitir)La foto es de F. González
8 comentarios
Lamia -
Celebrador... he de confesar que hace muchísimos años que no recibo una carta manuscrita pero si que es cierto que yo conservo la costumbre de escribir (aunque muy de vez en cuando) alguna carta que otra. Y también es verdad que sigo buscando el papel apropiado para cada destinatario. Sin embargo, las nuevas tecnologías hace que vayamos dejando de lado esa costumbre.
Tienes razón Sofi. De eso va precisamente mi post. De lo difícil que resulta conseguir que los demás entiendan aquello que deseamos trasladar tal y como nosotros lo sentimos. Todavía me sigue sorprendiendo los comentarios que dejáis a veces sobre post mios que, de entrada, trataban de comunicar algo distinto a lo que cada uno de vosotros habéis entendido.
sofi -
celebrador -
Y no digo nada de cuidar ese papel, y perfumarlo
Y esos trazos de la letra personal, mucho mejor con pluma
Supermamá -
En cuanto a La palabra, ésta no siempre es accesible por cuanto teme no expresar todo lo que el alma esconde en cada momento...y la página en blanco es su silencio avergonzado.
Regresaré sin duda, me gustó el blog.
salu2
Lamia -
Abedugu -
Te felicito no sólo por el texto, si no también por la música. La gente no suele utilizar en los blogs música clásica que es la que me gusta, así que cuando me encuentro con una pieza que está tan bien elegida para acompañar un bello texto, me emociono, además el intérprete, Maurizio Pollini, es un magnífico pianista.
Un saludo y gracias por este momento tan agradable.
Lamia -
Besos Inma.
laMima -
Besos.