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lamia

Ausencia

Me duelo de tu ausencia y me pesa tu silencio. Te añoro. Tanto, tanto.... Y me pregunto dónde estás. Porque quizás un bosque te acoge mientras piensas junto a mis hayas.Y eso duele también.

Envidio el musgo que te roza, las hojas que apagan tus pasos, el viento que revuelve tu pelo, las ramas que azotan tus ropas, el sol que acaricia tus rasgos. Te añoro.

Tanto, tanto... Que me rebelo. Y me duelo de tu ausencia. Y me rebelo, siempre, cada día. Y parece que fue hace años cuando nos vimos, lustros cuando hablamos y un tiempo imposible cuando nos rozamos.

Y la lucha continua: vísceras y cerebro. No hay previsto un desenlace para esta batalla porque navego entre ambos bandos. Como un borracho en una noche oscura, voy de un lado a otro sin rumbo ni destino. Siguiendo sólo la estela de tus pasos, la sombra de tu voz.

¿Me buscas en el bosque? ¿Me recuerdas? ¿Luchas también mientras disfrutas la gloria de la conquista? Porque la victoria fue total. Y la rendición también.

Y Lamia sigue esperando, como siempre, en la piedra junto al arroyo, donde la viste por última vez.  

2 comentarios

Lamia -

Pasar debe pasar, Carlos. Pero no le veo.

carlitos -

Mejor que estés sentada en la hierba, en el musgo o en la ribera dela rroyo que seguro pasa junto a tu prado. A veces la espera se hace larga, pero el arruyo de las aguas cristalinas hace que el sonido de la naturaleza sea la mejor forma de esperar a tu propio ser.