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Quiero ser como ella

Quiero ser como ella

Yo quiero ser como ella. Si. De mayor quiero ser como ella. Y no porque el ministro de Trabajo le impusiera el viernes la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. No. Ni tampoco por las colaboraciones periodísticas que aún hoy sigue realizando. No. Ni siquiera por el hecho de que sigue siendo un referente para toda la profesión.

 

Yo de mayor quiero ser como ella: una persona íntegra, honesta, cálida, amiga de sus amigos, madre entregada, excelente profesional y mejor persona. Yo quiero ser como ella, que el viernes consiguió reunir en la Delegación del Gobierno en Aragón a varias generaciones de periodistas que la reconocen como una maestra indiscutible. Ella, sobre la que excelentes profesionales de la comunicación de esta Comunidad Autónoma han dedicado palabras laudatorias. Ella, que siendo como es, en el acto de entrega de la Medalla, no habló de sí misma y, sin embargo, tuvo palabras de recuerdo para todos los compañeros que en estos momentos atraviesan momentos difíciles. Ella, que supo reivindicar una vez más la dignidad de una profesión puesta en entredicho un día si y otro también. Ella, que insistió en que la costumbre le hubiera llevado a situarse al otro lado de la noticia, junto a quienes empuñaban un micrófono y preguntaban al ministro de Trabajo sobre una posible reforma del mercado laboral.

 

Yo de mayor quiero ser como ella. Ella, que al final de su discurso tuvo unas breves palabras para sus tres hijos, de quienes afirmó que habían sido sus cómplices sentimentales. A quienes agradeció su generosidad, porque merced al tiempo que les ha hurtado, ha sido capaz de desarrollar lo que, desde muy temprana edad, ha sido, más que su profesión, su vocación.

 

María José habló en su discurso de lo importante que son los compañeros sentimentales. Ella se refirió a Natalia, Diego y Laura porque ellos han sido quienes a lo largo de todos estos años le han acompañado y han sufrido las consecuencias de vivir una profesión tan intensa y profundamente como ella lo ha hecho. Ellos, que sienten absoluta devoción por una madre que siempre ha estado a su lado cuando ha sido preciso. Una madre que a la que no le duelen prendas asegurar que es de sus hijos de los que más orgullosa se siente siempre.

 

Por todo eso, de mayor quiero ser como ella. Porque, además, vivo cada uno de sus logros y éxitos como si fuera propio. Porque, sin duda alguna, además de mi mejor maestra, es una de las personas a las que más quiero.

La foto, aquí.

3 comentarios

Lamia -

Ya me gustaría ya, Carlos. No le llego ni a la suela del zapato.

Besos Sofi. Gracias por venir y perdona que no te visite tanto como me gustaría.

Sofi -

No la conozco, pero si es así, yo también quiero ser como ella. Un saludo

carlitos -

Tengo que darte una buena noticia:
No hace falta que te hagas mayor porque ¡YA ERES COMO ELLA!, en cuanto a todas las virtudes que destacas.
Espero invitación cuando recojas el premio.